domingo, 10 de marzo de 2019

Llámame tonta...

Llámame tonta pero me gustan las caricias dulces...


Llámame tonta pero me encanta que me agarren de la mano con dulzura... 

Llámame tonta pero me gusta tu mirada penetrante...

Llámame tonta pero prefiero un beso robado que una caricia buscada...

Llámame tonta pero prefiero atrapar tus manos que forzar un abrazo...

Llámame tonta pero adoro cuando una mirada te dice justo lo que quiero... 
Llámame tonta pero me gusta el sentimiento creado poco a poco... 

Llámame tonta pero no me gustan los planes cerrados... 

Llámame tonta pero me gusta tener ilusión por lo que hago... 

Llámame tonta pero me gusta sentirte cuidarme y cuidarte... 


Porque no quiero olvidar a qué sabe la dulzura de unas caricias sinceras...

Porque no quiero olvidar lo que es sentir que agarras la mano de quien se lo merece...

Porque no quiero olvidar lo que se siente cuando tu mirada me atraviesa y se para el mundo...

Porque no quiero olvidar aquel sentimiento de un beso inesperado...

Porque no quiero olvidar lo que significa transmitirte esa seguridad que pocos entienden...

Porque no quiero olvidar lo que se siente al entenderse con una simple mirada...

Porque no quiero olvidar lo que es ver crecer ese sentimiento poco a poco dentro de mi...

Porque no quiero olvidar lo que es la improvisación...

Porque no quiero olvidar ilusionarme cada mañana por todo lo que hago...

Porque no quiero olvidar lo que se siente cuando te cuidan, cuando cuidas y cuando disfrutamos juntos de ello...

Sentí que algo no estaba, que algo no llegaba, pensaba que no estaría, que no llegaría, incluso que no lo merecía, pero hoy sé que no es así, puede que no podamos sentir por el otro, puede que no consigamos entender siempre al otro, pero simplemente es que cada uno tiene una forma de ver la vida, esta es la mía, quizás ahora nos entendamos mejor, quizás no... Quizás ahora me llames tonta, pero no olvides que abrirle el corazón a los demás con palabras, es de valientes... 

Facebook Sonrisas Rojas 

domingo, 26 de marzo de 2017

Ellos...

Los pasos se dieron sin que pudieses darte cuenta, todo empezó a suceder, las miradas se convirtieron en maravillosas confesiones; las risas empezaron a ir al compás de tu corazón y sin darte cuenta, iban al unísono de otra persona. Ninguno supo cómo sucedió, simplemente os dejasteis llevar. Un día erais dos desconocidos y al poco tiempo os habíais convertido en imprescindibles, en dos personas que os buscabais tanto que no era demasiado para ninguno.

De pronto los planes eran conjuntos, de pronto las miradas iban hacia el futuro, miraban hacia el mismo punto, intentando averiguar si ese futuro sería juntos; mientras ambos os encargabais de que los planes sí lo fuesen, que de la mano pudieseis recorrer un camino precioso.

Cuando las nubes empiezan a convertirse en momentos de sinceridad que forman pilares que dan sentido a lo que ambos sentís, cuando la comodidad supera los límites que ambos pensasteis alguna vez, cundo la vida hace que la sonrisa sea permanente para ambos, cuando lo que más os importa es que el otro esté bien.

Esa complicidad, adulta, sincera, entregada, constante y más valiosa que cualquier cosa... Cargada de verdades, momentos, fidelidad, Risas, momentos Inigualables, Confesiones, Alegría, encanto, ternura, respeto, coraje, madurez; cuando sin pensarlo todo eso se hace con un cariño y una gran dulzura que se siente al teneros cerca. 

El hilo central está envuelto por no invadir el espacio del otro, porque lo que más transmitís es amor, cariño, respeto y complicidad... 

Facebook Sonrisas Rojas


lunes, 26 de diciembre de 2016

Aprendí... Quise... Entendí...

Aprendí a esconder mis sentimientos. 

Aprendí a maquillar mis sonrisas. 

Aprendí a vivir sin sentido. 

Aprendí que sentir no siempre es aceptado. 

Aprendí a mirar detrás del espejo. 

Aprendí que los silencios hablan. 

Aprendí que las risas también desenamoran. 

Aprendí que las miradas a veces no paran el tiempo. 



Y quise abrir el cajón donde mis sentimientos hablaban con mis sonrisas del sentido que querían que tuviese mi vida, quise aceptar los sentimientos sin esconderlos detrás de ningún espejo, quise dejar que los silencios generaran risas de las que enamoran y que al mirarnos entre ellas el tiempo se detuviera. 


Entendí que los sentimientos siempre deben ser libres. 

Entendí que las sonrisas deben ser sinceras. 

Entendí que hay que darle sentido a la vida. 

Entendí que hay que aceptar los sentimientos. 

Entendí que siempre hay que mirar de frente. 

Entendí que los silencios hay que cambiarlos por palabras. 

Entendí que siempre hay que enamorarse de las sonrisas. 

Entendí que la mejor mirada deja que el tiempo vuele... 


Porque aprendí que las Sonrisas Rojas le dan sentido a mi vida, porque quise demostrarme que con las Sonrisas Rojas siempre soy yo misma y porque entendí que mis mejores Sonrisas Rojas me hacen vivir de verdad... 


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sábado, 27 de agosto de 2016

Amistad...

Hacía tantos años que se conocían que no se echaban de menos, no sentían ningún sentimiento de tristeza entre ellos, en cambio, todo lo que habían conseguido se basaba en un amor tan auténtico y verdadero que nadie podría romper. 

Ambos hacían sus vidas, ambos se recordaban, a veces hablaban, se ponían al día e intentaban organizarse para verse, quizás era "misión imposible", pero hasta en la distancia se cuidaban, se querían y por encima de todo estaban ellos dos. 

Su amistad había superado límites infranqueables, había llegado a puntos tan únicos que nada ni nadie podría romper; se habían dado todo, ese amor era tan puro que nadie lo entendería si no lo había sentido antes. 

Cuando estaban juntos solo había que mirarse para entenderse, solo tenían que estar juntos para disfrutar, puede que nadie entendiese esa relación, quizás muchos la criticasen pero ellos eran los que sabían que eso era de verdad, los que vivieron todas las historias hasta conseguir lo que tenían. 

Porque hasta sin verse eran capaces de hacer sentir, de darse los mejores besos, los mejores abrazos y las mejores muestras de cariño, porque un "te quiero" se convertía en la pelea más absurda por ganar... Y siempre ganaban ambos: yo por quererte más y tú por ser el que más cariño recibe...

AMISTAD POR SIEMPRE JAMÁS

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miércoles, 1 de junio de 2016

Primer aniversario...

Y llegó nuestro primer aniversario y solo por ello teníamos más motivos para ser felices, para celebrar, para decirle al mundo que era nuestro día.

Pero la realidad es que ese día nos esforzamos por rememorar los momentos de felicidad de este primer año. Esos Cinco minutos previos a nuestro Primer encuentro, ese momento que estuvo tan lleno de Miradas cruzadas.

Y hablamos de todos esos momentos con Nuestros segundos yo, con los que el Escudo protector era transparente, y nos recordábamos lo mucho que estábamos Cambiando, los días en los que nos encontrábamos Luchando por esos Momentos inigualables que nos hacían Sentir mariposas, por ese Amor de verdad, tan soñado y tan real que Nada podría cambiar.

Esos días en los que era mi Interruptor de sonrisas, hasta cuando solo salían mis Sonrisas Infinitas.

Recordando nuestros primeros Seis meses juntos, cuando descubrimos el significado de que Tres son multitud, cuando su Declaración se convirtió en uno de mis Pequeños actos preferidos.

Pero nunca olvidamos que todo lo mejor iba acompañado de algunas Decepciones prescindibles, de un toque de Egoísmo solitario, pero si no hubiese sido por el afán de sujetarnos, de tener las mejores Cuatro patas del banco nunca hubiésemos aprendido la diferencia entre Querer y esperar, nunca hubiésemos aprendido que las Miradas silenciosas son aquellas que más hablan que están llenas de alegrías, vivencias, Sentimientos pospuestos.

En nuestra celebración de aniversario recordamos nuestro Siete de la suerte, lo mejor que nos pasó y pasamos a una Despedida amarga y dulce bienvenida al nuevo año que enfrentamos.

Gracias a todos por seguir este pequeño blog...

Gracias por este primer año maravilloso...

Facebook Sonrisas Rojas.


domingo, 8 de mayo de 2016

Pequeños actos...

Y hay valores que siempre son sinceros, que siempre llenan y que día tras día hacen que queramos seguir sonriendo. Son esas pequeñas muestras espontáneas que nos dicen que estamos haciendo las cosas bien.

Un abrazo de un niño, un regalo inesperado, un "que tengas un buen día" sincero, una disculpa a tiempo. Actos que demuestran que aún valoramos a los demás sin necesidad de que sean amigos o familiares cercanos.

Aprendamos a olvidar el egoísmo que tanto daño puede hacer, dejemos el orgullo a un lado para no dejar de vivir momentos preciosos.

Digamos más palabras bonitas que reproches, felicitemos más d ello que nos quejamos, sonriamos más de lo que nos enfadamos, digamos más "te quiero" que "te lo dije", hagamos más actos de bondad que de maldad, contagiemos más risas, dejemos de hacer llorar...

Aprendamos a ser más humanos, volvamos a tener cortesía y seamos agradecidos cuando lo sean con nosotros.

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martes, 26 de abril de 2016

Despedidas amargas...

Su sonrisa estaba tan pintada como siempre, su alegría era la habitual, pero no esperaba lo que estaba por llegar... 

Abrió los ojos y se encontró con algo, alguien que no era importante en su vida se despedía, no tenía aún un sitio en su vida, pero sabía que quería que lo tuviese, sabía que era alguien que merecía la pena y que no había sabido valorar... Y le había dado señales para que se sintiese importante, pero no las había entendido en el mismo modo que se lo quería transmitir... 

A veces es mejor saber lo que quieren los demás y en función de ello actuar, pero este caso había sido diferente, ella dio lo que sentía y él recibió menos de lo que esperaba; quizás no valoró lo que ella le ofreció y por ello se despidió. 

Ese era el motivo por el que su sonrisa se borró, creía ir por buen camino, a buen ritmo, sus miedos de repente habían desaparecido... Pero no fue suficiente... Llegó algo tan inesperado que no supo afrontarlo, no supo luchar, no supo darle la vuelta, ni siquiera supo si él quería que lo hiciese... 

Se sintió resignada, imbécil, apagada pero con un toque de conciencia... Sabía que error era suyo, todo lo demás... Habría que dejarlo pasar... Ver que ocurría e intentar dibujar su sonrisa de nuevo. 

A veces hay dos oportunidades, solo a veces. 

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