lunes, 6 de julio de 2015

Escudo protector...

El día había empezado gris, el cielo estaba tan nublado como su corazón. Sentía que el día sería negativo, era de esos días en los que prefería no levantarse. 

Pero ya que no tenía remedio, se vistió con una de sus sonrisas infinitas, esas que ocultaban la verdad a todos aquellos que no la conocían. Se puso su camiseta favorita y se maquilló un poco. Eso sería suficiente para desviar la atención de los demás... 

Al encontrarse con sus conocidos y amigos, todos alababan lo guapa que estaba, todos veían que tenía un buen día. Ese era su escudo. Ese escudo que sólo dejaba entrar las buenas vibraciones y el positivismo que irradiaba con su imagen. 

Ese día mejoró por momentos, todos la recibían con su sonrisa más sincera, con la alegría que ella había creado y que necesitaba recibir. 

Parecía que se estaba despejando su mal día, incluso cruzó una mirada con un chico que había conseguido remover algo por dentro, esas mariposas... 

Poco a poco su día se estaba convirtiendo en un maravilloso día, algo que había conseguido con un simple escudo, ella solo quería alegría a su alrededor, ya sabía cual era el secreto y lo usaba siempre que tenía ocasión. Su escudo era un imán, un imán poderoso que atraía alegría y desechaba la tristeza. 

Ahora podía sonreír sin escudo, ya se había contagiado con la alegría de los demás. Había guardado su sonrisa infinita...  


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