lunes, 29 de febrero de 2016

Nada...

Y creo que te debo una disculpa, porque cuando te conocí, te dije que no quería nada de ti, pero era mentira...

Mentira porque quería que me respetaras...
Mentira porque quería que me hicieras sonreír... 
Mentira porque quería que nos llenáramos de conversaciones...
Mentira porque quería que tus labios me besaran...
Mentira porque quería contarte mis mejores momentos...
Mentira porque quería que tus mensajes me hicieran sonreír...

Mentiras que quizás no hubieses entendido si te las llego a decir...

Porque lo que no quería de ti era el vacío de no tener "nada", la impersonalidad de no contarnos nuestros días, la esclavitud de nuestros besos, la obligación de los mensajes, las explicaciones sin sentido... 

Ese cúmulo de cosas que ocurren cuando crees que te pido amor eterno... 

No quiero tu amor eterno, no quiero ser tu mitad, no quiero ser tu pareja, solo quería tener tu amistad, sin miedos, sin tapujos, sin compromisos, sin peros, sin esconderme, sin lamentarme. Quería ser una persona libre, con mi vida y con un trozo de ella junto a ti, con ratos con mi gente, con ratos contigo, con ratos a solas. 

Sin mentiras ni suposiciones, con claridad y con sinceridad.

Quizás hablamos distintos idiomas, quizás no esperases encontrar a una persona así, quizás el tiempo no fue el más adecuado para encontrarnos, quizás algún día te des cuenta, pero lo más probable es que tu miedo te impida ver si ahora entiendes mis "mentiras", las compartes y quieres arriesgarte a ver si podríamos tener ese "nada" que pueda convertirse en algo maravilloso, sin fecha en el calendario.

1 comentario:

  1. Esas mentiras son mentiras de las que nunca tendremos que pedir perdon, de las que decimos por tener dudas de los sentimientos hacia nosotros de esa persona a quien se las decimos, mentiras sin importancia,mentiras necesarias para proteger nuestro corazon, nuestra autoestima, mentiras para que "nada", siga siendo el mensaje de alguien que valora a las personas incondicionalmente.

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